Historia de "NAXRRA" mi hijo. Pequeño gobernante del Infierno.

                                      Prologo.

                                       España. Diciembre de 1462, año de vuestros Reyes, día quinto del doceavo mes de vuestro año mortal, dos y cuarto de la madrugada, ese fue el día y la hora en que nació mi hijo, en una noche tempestuosa y fría, así lo presagie yo, un niño fuerte, de tez oscura, su madre lo echo al mundo, en un día en que vosotros los mortales, ni siquiera lo esperabais, tampoco lo habíais presentido, nadie escucho su llanto, por que no lloró, no derramo ni una lagrima, ni una sola, solo se hoyo el grito desgarrador de su madre moribunda en aquella noche, en que ni siquiera la tormenta pudo ahogar, grito que en aquel mismo instante le dio muerte, no pudo soportar el dolor al parir a aquel niño, a mi hijo, entre la sangre y las sabanas, así lo desee yo, su padre.  Nació en Cogollos de Guadix, un pequeño pueblo  de la comarca del Marquesado del Cenete, en la provincia de Granada. Naxra, así llamé a mi hijo, significa “pequeño gobernante del Infierno”, os contare su historia, la historia  de uno de mis grandes  hijos , que nació y vino a este vuestro mundo y que seguirá entre vosotros por toda la eternidad, tened cuidado, por que os agarrara de tal forma que llegareis  a ser como el mismo, pues yo su padre, le di poder infinito, guardaros de el pues acecha muy de cerca vuestros movimientos, hay de aquel que caiga en las redes que el teje, hay de aquel que sacie su sed con su agua, guardaos mortales, guardaos……

                                                                                       Yo el Diablo.

Naxrra, mi hijo. Pequeño gobernante del infierno.

Antecedentes.

                      Yo el diablo, como dueño y señor de este  mundo, discurro por el a mi antojo y durante miles de años e gobernado con mano dura, creando el caos por doquier, iniciando guerras en un lugar tras otro, extraviando y haciendo todo aquello malo que se me antoja, soy un ser superior, un ser maligno y disfruto con ello, yo entro en los corazones de las personas vulnerables y las domino, las destruyo y están siempre a mi merced y aunque tengo un gran enemigo, un ser que se hace llamar por los mortales de este mundo,”Jehová”, asta ahora e salido airoso de todas las malas acciones que se me antojaron, las personas mundanas son muy fáciles de corromper, por que en el fondo son egoístas, envidiosas y mezquinas, cualidades que yo adoro, algunos cambian de tal forma que se convierten en mis más fervientes seguidores, engrosan las filas de mi muy querido ejercito del mal.

                        Desde años inmemoriales inicie guerras, corrompí gobiernos, derramé enfermedades y toda clase de inmundicias con las que disfrute enormemente, uno de mis grandes logros aparte de otros muchos fue, extraviar a Adam y Eva, pobres idiotas, que fácil fue engañarles, por que ese tal “Jehová”, cuando decidió crear el famoso Jardín del Edén y poner a una pareja de personas en el, no pensó en lo más importante, que las mujeres son las que mejor se corrompen, que estúpido. El tal Adam se dejo engatusar por Eva, gracias a que yo por mi parte hice lo mismo, cuando por medio de una vulgar serpiente le hablé a la compañera de Adam y así los corrompí, desobedeciendo las palabras de su creador, las serpientes son por naturaleza mis mejores aliadas, aunque ese Dios del que tanto hablan las personas de este mundo, no lo creyera así, ese tal “Jehová” intentó en muchas ocasiones hacer buenas obras, pero yo me encargue de torcer toda clase de obra buena y a las personas que querían llevarlas a cabo, yo las destruí , quitándole toda ilusión y la que se atrevió a desafiarme, la extravié de la forma mas cruel, esto para mi es un delicioso placer que me anima, aseguir mi labor de hacer el mal, sumir a este mundo en las más oscuras tinieblas.

                          Desde que soy quien soy, nadie ha conseguido doblegarme, soy amo del mundo, de tu mundo, de ese mundo que tu conoces y jamás permitiré que nada ni nadie, me impida hacer mi cometido. El mal que yo causo, cuando lo causo nada lo detiene, soy capaz de producir el peor de los terremotos, derramar la mayor de las hambrunas, traer las mayores epidemias, con tal de conseguir mis propósitos, más vale que no lo olvidéis mortales, quien me a conocido sabe bien que mis palabras no son en vano, tengo muchos seguidores dispuestos a obedecerme fielmente, los conoceréis muy pronto…………..

                                                            Uno. El comienzo.

                                   Observando el mundo, en una pequeña población de España, hacia principios del año 1462 de vuestros Reyes, mucho antes de vuestro famoso descubrimiento de America. En el pequeño pueblo de Cogollos de Guadix, en una comarca denominada el Marquesado del Cenete y después de muchos años de discurrir por el mundo, que conocéis como Tierra, se me ocurrió que sería interesante tener un hijo, un hijo que me ayudara en mi labor, cuanto más lo pensaba más me agradaba la idea. Quizás siendo como soy un ser superior, no lo necesitaba, pero pensar en ello me seducía, podía crearlo yo mismo, pero entonces perdería toda su gracia, quería que naciera en la tierra, del vientre de una mujer mundana y premeditarlo todo a mi gusto, siempre estoy maquinando como fastidiar de la peor manera, a este mundo el cual se afano tanto en crear el tal “Jehová”. Yo soy el rey de este mundo, su monarca y se me debe respeto.

                                     En los últimos días del mes de febrero de vuestro calendario mundano, en un día de suave viento adopte forma humana, me transforme en un atractivo muchacho, de unos veintiséis años y de nombre Fransis, así me bauticé, estaba seguro que eso me ayudaría en mi plan y me sentía seguro dentro de aquel cuerpo,  me atavié con ropas y enseres personales de la época y desde lo alto de una montaña cercana me dispuse a bajar al pueblo, esa nueva sensación de pisar el suelo en forma humana, era muy excitante y me impulsaba cada vez mas a realizar mi deseo, bajando por la montaña y observando en rededor, me di cuenta de lo bien que lo había echo el tal “Jehová”, a decir verdad no me importaba mucho, muy pronto pensaba encargarme de eso, un pequeño riachuelo apareció ante mi después de una curva en el sendero, el agua era de una transparencia única, la toque con la punta de mi dedo mundano y sentí su frialdad, en aquel mismo instante el agua se torno de color negro como la pez, pequeños pececillos se asustaron y huyeron frenéticamente, sonreí, muy pronto la “Tierra” iba a sentir mi poder...............